En la actualidad el testing no es opcional. El software sin testear supone un riesgo a corto y largo plazo ya que un fallo no detectado a tiempo puede implicar importantes costes. Invertir en testing es invertir en calidad, seguridad y fiabilidad.
Existen distintas pruebas de software que pueden integrarse en dos grandes grupos: Pruebas Funcionales y Pruebas no funcionales.