¿Son las redes sociales una distracción más que una utilidad? La experiencia con Yammer

 En Be+Digital, Productividad empresarial

Cada vez que hablamos sobre transformación digital en un evento divulgativo o con alguno de nuestros clientes y presentamos nuestro programa formativo en Office 365, es muy curioso que, al llegar a Yammer, la mayoría de los asistentes tuerce el gesto. ¿Por qué?

Creo que esto no es solo normal, sino que es algo de esperar. Al pensar en una red social de forma automática estamos pensando en Facebook o peor, en Twitter. Y precisamente lo que generan estas redes sociales no lo asociamos habitualmente a nuestro ámbito laboral.

Yammer, o cualquier red social de tipo profesional, es una herramienta más. La diferencia está en el uso que le damos a la misma y la concienciación del usuario. No vamos a compartir la broma sobre ese partido político que detestamos, ni la opinión sobre un personaje conocido, religión, … El comportamiento de “cuñao” como se suele conocer, está totalmente prohibido.

Entonces, ¿para qué sirve Yammer? A continuación, comparto contigo 5 ejemplos que suponen una ayuda a esta palanca de cambio que es la red social en el entorno empresarial:

  1. Se potencia el compromiso de los empleados a través de las estrategias para reforzar y promover la marca entre ellos
  2. Se visibiliza y reconoce el talento interno
  3. Se simplifican los procesos, lo cual potencia la productividad al no tener que invertir tiempo en tareas “roba tiempos”, como seguir hilos interminables de correos.
  4. Se informa a un sector o a toda la empresa de cualquier tipo de suceso de forma inmediata
  5. El uso de la aplicación móvil puede sustituir a otras herramientas de mensajería, como WhatsApp, más propias de un uso personal que laboral.

Otras ventajas son la potenciación de creación por coautoría, el feedback es inmediato y ordenado de forma cronológica y promueve la innovación gracias al intercambio de ideas, propuestas y buenas prácticas.

Supongamos que estos puntos te parecen interesantes y te gustaría implementar una red social como Yammer en tu empresa… ¿Cómo lo hacemos?

Las redes sociales corporativas no funcionan solas; no basta con incorporar la herramienta en la empresa, sino que debemos acompañar a nuestros equipos en el proceso de implementación.

CÓMO EMPEZAR

El primer paso para realizar este tipo de implantación es seleccionar un grupo de trabajadores, a ser posible que pertenezcan a diferentes departamentos. Este grupo será el grupo piloto que probará la aplicación y la podrá adaptar al uso de la organización.

Se realizarán una serie de grupos de trabajo con objetivos muy específicos. Algunos de estos grupos podrían ser…

– Grupos compartidos con colaboradores externos.

– Grupos en los que trabajar proyectos con largos o complejos procesos de validación.

– Grupos vinculados a eventos o acontecimientos.

– Grupos que constituyen un repositorio con las consultas más comunes a las que se enfrenta un determinado equipo o departamento.

– Grupos para alinear equipos y sus estrategias. Por ejemplo, en el caso de marketing y el equipo de ventas.

– Grupos de homólogos en diferentes países.

– Grupos para conocer la opinión sobre algún tema concreto.

– Para conectar empleados con intereses o aficiones comunes, no necesariamente de carácter profesional o corporativo.

Una vez hecho esto, estos grupos, que deberían ir integrados por equipos transversales, descubrirán todas sus funciones, incorporándolas poco a poco en su día a día e identificando incluso nuevas posibilidades al trabajar con ella.

Y después de un piloto…

Empezaremos con algo muy necesario; un grupo en el que esté toda la organización, más focalizado en la información y la conversación, donde se pueda compartir:

– Comunicaciones corporativas, Informar sobre los eventos en los que se participa, o se patrocina.

– Dar a conocer los premios o reconocimientos que recibe la compañía o sus empleados.

– Informar e involucrar a la plantilla en los proyectos de responsabilidad social corporativa.

– Potenciar la innovación y la creatividad, generando ideas de negocio.

– Compartir experiencias, proyectos, iniciativas que pueden ser exportables entre departamentos o países. Ser fuente de inspiración y evitar que la rueda se reinvente cada vez.

– Crear un grupo donde se imparta formación de la propia empresa donde los miembros pioneros del grupo piloto puedan compartir sus experiencias.

 

Yammer nos proporciona muchas más ventajas. ¿Se te ocurre alguna más? ¿Te parece de utilidad? ¿Crees que le falta desarrollo? ¿O simplemente no es necesaria?

Esperamos tus opiniones 🙂

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